domingo, 20 de septiembre de 2015

Urondo Bar, Don Hugo y Pan y Teatro

Este último fin de semana tuvimos el gusto de ir a comer afuera en 3 oportunidades, con amigos, familia y solos.
El viernes empezamos con Urondo Bar.
Ubicado en el medio de la nada, bien de barrio y sin otra competencia cercana, me intrigo aquel restaurant siempre lleno y que afuera no dice ni el nombre.
Ingresamos y no había mesa donde sentarnos, esperamos unos minutos a ver si nos decian que nos vayamos o que y al ratito nos atendieron para decirnos que había unas mesas que estaba ya por el postre, entonces decidimos esperar (habiamos llegado a las 10:15 aprox) mientras pudimos ver la cocina que estando a la vista no muestra una espectacular limpieza, se puede ver manchas de grasa por ejemplo, también unas vitrinas llenas de bebidas y otras cosas que tampoco lucían. A la visa el ambiente no era gourmet pero el menu que incluía cosas como pato y "pesca del día" y el precio si lo son.
Con las bebidas, nos trajeron pan muy rico con una salsita de yogur casero con pimenton.
De entrada pedimos provoleta con panceta y morcilla, en lo personal me gustaron ambos, entonces la vara la subimos un poco más.
De platos pedimos churrasquitos de cerdo con polenta, en términos generales me gustó, aunque la polenta no era la gran cosa y de los churrasquitos, uno vino tan grasoso que era imposible cortar o comer. Mi marido pidió bondiola caramelizada con arroz blanco, que a su gusto estaba pasado el caramelo, quemado diría él, mientras esperamos vimos otro plato igual que no tenia el mismo color negro que el de mi marido. Nuestros amigos pidieron para compartir el gigante ojo de bife, atentos al punto, porque para ellos el jugoso no es como para la generalidad de las personas, sino que es rojo haciendo Muu y todavía moviendose, la moza nos explico que no llevaban a sacar uno bien cocido por el grosor del bife, pero esperábamos una linea roja, no solo una linea cocida, era un rojo ingles.
De postre, cominos un helado de banana que se notaba casero y eso me encanto, pero era minúsculo!
Gastamos en total 800 pesos y por más que fue una experiencia interesante, no volvería porque ningún plato nos encantó y tiene pocas opciones, le damos 2 tenedores de 5.

El sábado almorzamos en Don Hugo
Parrilla de barrio.. nunca entenderé porque mi papa sigue insistiendo en ir a ese lugar, tienen 2 grandes problemas, el personal y el hecho de que no pueden coordinar los pedidos de una mesa para que salgan juntos, entre que llegó el plato de mi marido y el mio pasaron 10 minutos, bondiola y suprema con pure. Siempre pasa lo mismo.
Además cuando pedí la suprema fugazzeta mi hermano pregunto que trae y la chica respondio, debe querer napolitana... DIOS!!! si te pedí fugazzeta, es fugazzeta, sino hubiera pedido napolitana. No conocen el menú y tampoco les debe interesar ni a ellas ni a los dueños que lo conozcan. Después otra nos trajo unas fritas que no pedimos.
Entre 4 y mi sobrinita, gastamos $600, ñoquis, provoleta, chorizo, la bondiola, la milanesa, una frita grande, 2 flanes y para tomar vino y 2 gaseosas de litro y medio.
Le damos 3 tenedores de 5

Terminamos cenando en Pan y Teatro.
Otro restaurant oculto, con comida que roza lo autóctono, una vez pedi berenjas sicilianas y en esta ocación pastel de papa. Mi marido en las 2 oportunidades Humita al barro y para nuestra desilusión el tamaño de la porción había disminuido un monton! El otro punto que no nos gusto fue que tardaron mucho en atendernos, igualmente es un lugar al cual volveremos aunque las opciones no son muchas tampoco, la comida es muy rica. el ambiente pulcro con un toque hogareño vintage y entre 2 mesas habia un gato durmiendo, con gatos, no hay ratas.
Le damos 4 tenedores de 5