Cierro la puerta de casa y los ojos, me sumerjo en mis pensamientos y empiezo a disfrutar la suave brisa que entra por la ventana que ponen fin a tantos días de calor.
Pienso en él, mi amor que no está, pienso nuestro futuro, en nuestras manos arrugadas agarradas y compartiendo paseos, quizás a un paso más lento, como los que hacemos ahora pero dentro de unos años.
Pienso en las cosas que tuvieron que pasar para que estemos juntos, que yo cambiara de trabajo, que él dejara un pasado.
Recuerdo nuestra primera cita cuando ya no sabia si todo estaba en mi cabeza o era realidad, recuerdo el primer beso y la primer noche que dormimos juntos.
Y lo que costó que casi 2 años después sigamos juntos, nuestra etapa de enamoramiento, la de desilusión y nuestra construcción de amor..
Sueño con besarlo día y noche, con su sonrisa cuando hace cosas que lo hacen feliz.
Anhelo escuchar que me diga que me ama, que me abrace fuerte y nos sumerjamos en los sueños compartidos y realidades concretadas.
Pero principalmente deseo ser la persona que lo haga feliz, para que sigamos eligiéndonos todos los días para el resto de nuestros días.
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